Poema XXI
Fue una tarde triste y pálida
de su trabajo a la salida
pues su mujer neurótica
trabajaba en una botica
La encontré por vez primera
y una pasión efímera
me dejo alelado estúpido
con sus flechas el Dios Cupido
y su puntería sabia
mi corazon herido había
Me acerque y le dije histérico
señorita soy Federico
y me respondió la chica
yo me llamo Verónica
y en el parque a oscuras solos
nos amamos cual tórtolos
paso veloz el tiempo árido
y a los tres meses el marido
era yo de ella a quien
yo creía pura y virgen
llevaba un mes de casado
lo recuerdo fue un sábado
la pille besando a un chico
feo flaco y raquítico
de un combo lo mate casi
y a ella yo le hable así
yo te creía una cándida
y haz resultado una bandida
hoy mi honor solo me indica
mujer perjura y cínica
después de tu devaneo
que te perfore el cráneo
y mate a aquella mujer
de un tiro de revolver.
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